En las Laudes de hoy rezamos:

“No aprecia el vigor de los caballos,

no estima los músculos del hombre:

el Señor aprecia a sus fieles,

que confían en su misericordia”

                        (salmo 146)

 Buena reflexión la que nos propone la Palabra en este salmo: Los esfuerzos humanos por sí solos no son suficientes sino confiamos en la misericordia de Dios.

Lo cual no enfrenta la fe a la ciencia, todo lo contrario: confiar en la misericordia es tener confianza en que Él va a inspirar en los investigadores que trabajan sin descanso, la fórmula de la vacuna o medicamento que pueda curar esta enfermedad que nos asalta.

El salmo se podría completar con una afirmación de un Documento del Concilio Vaticano II:

 ”…quien con perseverancia y humildad se esfuerza por penetrar en los secretos de la realidad esta llevado, aún sin saberlo , como por la mano de Dios, quien hace que las cosas tengan consistencia y sean lo que son”. (Constitución Gaudium et spes sobre la Iglesia en el mundo de hoy, cap. 3.)

Les deseo, con San Pablo, que la Palabra habite en ustedes, llenándolos de su riqueza