Tarea Pastoral en el Hospital Vicente López y Planos

El Hospital Vicente López y Planes situado en la localidad de General Rodríguez, Pvcia. de Buenos Aires, fue inaugurado el 3 de mayo de 1916.

Está ya por cumplir sus cien años de vida como institución a favor de los más vulnerables: los enfermos.

Fue creado en una primera instancia para la atención de los enfermos tuberculosos, y se hizo extensivo también a sus familias.

En la actualidad cuenta con numerosas especialidades por lo que se ha convertido en el hospital requerido de la zona y es, además, fuente de trabajo para innumerables familias de la localidad y el conurbano.

Si bien ediliciamente se nota ya en él el paso del tiempo y su eventual deterioro es de destacar la labor de quienes en el área de la salud brindan su profesionalidad y su calidez humana.

Concurren al hospital pacientes de Moreno, La Reja, Paso del Rey, Pilar, Marcos Paz, por citar algunos lugares, ya sea por derivación o porque se tienen buenos informes acerca del mismo; también los hay que viajan del interior del país.

Las primeras hermanas rosarinas llegaron al hospital en abril de 1971 a solicitud del entonces capellán Pbro. José Butinelli, quien solicitó a la Superiora General María Araceli de Jesús hermanas que lo ayudasen en la tarea pastoral.

Hacía años ya que se habían retirado las hermanas del Huerto.

No fue fácil para esta primera comunidad. Debieron ganarse la confianza y cariño del personal y los enfermos. Y así comenzaron a caminar juntos…, los enfermos confiados en Dios y en las hermanas y las hermanas ayudándolos a llevar la cruz de la enfermedad, la angustia, la soledad, la tristeza, con palabras obras y gestos de misericordia, viendo en ellos el rostro de Jesús sufriente.  Y así hasta el día de hoy.

Tarea Pastoral

“Cuidar a los enfermos en el nombre de la Iglesia, como testigos de la compasión y ternura del Señor, es el carisma propio de la religiosa cuando está presente y trabaja en el hospital.”   RU 57    (Ritual de la Unción y de la Pastoral de los Enfermos)

“Sirviendo a los enfermos vive su consagración y seguimiento radical de Cristo. Todo lo que realice por el enfermo será el vehículo para expresar el amor de Jesucristo. La comunidad religiosa presente en el hospital, que vive alegre y libre, unida y abierta a todos, es testigo del amor de Dios entre los hombres y signo de trascendencia en el mismo.”   (Comisión Episcopal de Pastoral de la Salud)

Es por eso que nuestra pastoral se centra mucho en los enfermos y sus familias, los profesionales y personal del hospital, extensivo a los pobres de nuestros barrios. Estamos ayudadas en nuestra tarea por médicos y enfermeras, quienes nos indican en muchas ocasiones, cuáles son los enfermos que necesitan más atención a causa de su enfermedad, soledad o falta de atención familiar.

Visitamos a los enfermos en las salas:

  • Sosteniendo su parte espiritual
  • Diálogo esperanzador
  • Mucha escucha
  • Distribución de la Eucaristía
  • Llamando al sacerdote si lo desean
  • Brindando el agua de socorro a los niños o bebés de neonatología
  • Poniendo a su alcance lectura y material religioso
  • Sosteniendo sus necesidades materiales
  • Proveyendo a los que no tienen familia o son muy pobres, de todo lo necesario para su estadía, ropa, calzado, lo mismo que a sus familias que a veces vienen de muy lejos.
  • Sosteniendo a sus familias
  • Escuchándolos
  • Alentándolos en la esperanza
  • Confortándolos en su espíritu
  • Rezando por y con ellos
  • Rezando el responso en el cementerio si no está el sacerdote

Colaboran con nosotras en esta tarea pastoral un grupo de laicos del equipo de la Pastoral de la Salud, perteneciente a la Parroquia de Nuestra Señora de la Salud ubicada a la entrada principal del hospital.

Muchos de estos laicos son Ministros de la Eucaristía.

Todos participamos de reuniones mensuales presididas por el capellán, en las cuales rezamos, compartimos nuestras vivencias y proyectamos nuestras tareas futuras.

Vivimos con entusiasmo y alegría los actos programados para la fiestas patronales que celebramos el 7 de noviembre; “María Medianera de todas las gracias” recorriendo el hospital con la imagen de nuestra patrona para que todos puedan encomendarse a ella pidiéndole interceda ante Jesús por sus intenciones.

“En este año de la Vida Consagrada, cómo no resaltar y agradecer los testimonios de entrega de tantas consagradas y consagrados, que a lo largo de la historia, han donado su vida y junto a los enfermos y sufrientes, siguen siendo imagen de Jesús. Cómo no reconocer ese generoso acompañamiento, tantas veces silencioso y no lo suficientemente valorado, para confortar y consolar con cercanía y amor.

Hombres y mujeres, profetas del Reino en el mundo de la salud, testigos de la fe y la caridad, que anuncian con su entrega cotidiana: “Yo estoy en medio de ustedes como el que sirve” (Lc, 22,27)”

Carta Pastoral de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Salud en el Día Nacional de los Enfermos  (8 de noviembre de 2015)