Organización del Colegio

 Jardín Pimpollitos del Rosario:

Corría el año 1973, cuando se inició el jardín Daylan Kifki, en dos saloncitos del sector de las Hemanas, acomodados con mucho cariño y esfuerzo. Sus primeras maestras fueron Ana María Rodríguez y Lía Grossi, conducidas por la Superiora Hna. Pastora quien, con calidez y empuje, trabajó incansablemente hasta lograr una casita para su funcionamiento, ideal por su ubicación, al lado de la Capilla del colegio.

Con gran alegría se realizó el traslado y enseguida se creó una nueva sala, siendo su docente María Cristina Aguilera y su preceptora, Irma Rossi.

El jardincito fue creciendo año a año,  ingresando nuevas maestras; hoy, algunas jubiladas y otras todavía en actividad.

Otra vez, surge una nueva idea como meta, hacer un edificio acorde a las necesidades de los más pequeños. Y así, una comisión de padres trabajó arduamente hasta lograrlo, en el año 1987. Fue en ese momento cuando cambió su nombre por el actual, “Pimpollitos del Rosario”.

En el año 2001, se creó, con gran éxito, el Jardín Maternal “Angelitos del Rosario”, cuya docente era Mariela Casola. Cerró sus puertas en el año 2005.

Ha transcurrido mucho tiempo y con él entrañables vivencias, recuerdos y alegrías  en alumnos, padres y docentes. Imborrables momentos que quedarán en el corazón de cada integrante de este Jardín, acompañados por el Niño Jesús, siempre presente y bajo la protección de nuestra Madre, la Virgen del Rosario.

Nivel Primario:

La historia de este Nivel se remonta a los orígenes de la Institución, ya que, en el Hogar-Asilo “Santa Catalina”, las hermanas instruían a sus alumnas en las primeras letras. Además les enseñaban corte y confección, dibujo, dactilografía y artes plásticas, entre otros saberes.

Recién en el año 1945, se separaron definitivamente Colegio y Asilo, logrando diez años después el reconocimiento oficial por parte del Ministerio de Educación.

Hasta el año 1972 sólo concurrían mujeres. Recién en 1973, comenzaron los primeros varones y en diciembre de 1979 egresaba la primera promoción mixta del entonces 7º grado.

Con los cambios en el Sistema Educativo, se ha transformado en Escuela Primaria Básica, contando actualmente con 400 alumnos de 1º a 6º Años. Este nivel funciona en dos turnos, de 1º a 4º por la tarde y 5º y 6º, por la mañana, con un total de 12 secciones.

Como lo propone el Ideario Rosarino, se fomenta en el alumnado el trabajo, la oración, el amor a Dios y al prójimo, tratando de brindar una educación liberadora y evangelizadora, enseñando a pensar, a hacer y, por sobre todo, a Ser.

Bajo el lema, “Todo por Dios y por el prójimo”, traducido en amor de comunión  y entrega, este nivel ha formado integralmente, en sus aulas, a miles de niños, a lo largo de estos cien años.

Nivel Secundario:

En el año 1963, siendo Superiora la Hermana Benjamina, se otorgó el reconocimiento oficial al Nivel Secundario, autorizando el funcionamiento del Primer Año del Ciclo Básico, con 19 alumnas. Era Rectora la Hna. Espíritu Santo y Secretaria la Sra. Elsa Dell’Osso. En noviembre de 1967, egresó la primera promoción, con el título de Maestras Normales Nacionales.

Desde su fundación, muchas jóvenes necesitaban un lugar donde alojarse ya que venían a  continuar sus estudios desde los pueblos vecinos. Es así como se emprendió la obra del pupilaje, que se mantuviera  hasta el año 1987 con mucho amor, esfuerzo y trabajo de parte de las Hermanas.

Posteriormente, cambió el plan de estudios y ya en 1970, las alumnas egresaban con el título de Bachilleres con Orientación Docente.

Fueron Rectoras la Hna. Elizabeth, la Hna. María del Valle y la Hna. Eymard, hasta el año 1997 en que este cargo pasó a manos de laicos, siendo el primero en ocuparlo el profesor Gabriel E. Sánchez.

En 1994, con el paso a la Jurisdicción Provincial, posteriormente, con la Reforma Educativa, se inició un proceso de transformación del Nivel, adoptando más tarde el nombre de Polimodal. Esto marcó un cambio profundo en el colegio ya que, después de tantos años, se acordó que el Secundario dejara de ser “sólo para mujeres”. Así fue y,  en el año 2001, egresó la primera promoción mixta, con el título de Bachilleres, Modalidad Ciencias Naturales.

La propuesta se centra en proveer una “formación científica integral”, a través de estrategias que brinden al alumno herramientas para su desenvolvimiento en la vida, tanto en el ámbito laboral como en los estudios superiores, integrando los valores y principios evangélicos con las exigencias de la posmodernidad.

Educación Secundaria Básica

La Educación Secundaria Básica surge en el año 2006, como un intento, entre otros, de construir un “tránsito educativo específico”, “autónomo en su gestión institucional” y “académicamente independiente” de la Educación Primaria.

Transcurridos diez años de la implementación de la Transformación del Sistema Educativo a Partir de la implementación de la Ley Federal de Educación (que en la provincia de Buenos Aires, adquiere características propias) y frente a los desafíos que representa concebir la educación del siglo XXI, esta nueva propuesta pedagógica intenta garantizar a los adolescentes la terminalidad de la escuela, organizada en seis años de educación Secundaria distribuida en dos ciclos de tres años: la Educación Secundaria Básica y la Educación Secundaria Superior; sustentadas ambas por un fuerte y claro imperativo de integración.

Son sus objetivos principales:

• Adquirir saberes que sienten las bases hacia la continuación de los estudios asegurando la inclusión, permanencia y continuidad de los alumnos y las alumnas en el sistema educativo.
• Fortalecer la formación de sujetos de derecho con capacidad de ejercer y construir ciudadanía.
• Vincular la escuela con el mundo del trabajo como objeto de conocimiento, que les permita problematizar y actuar sobre la realidad en la que están inmersos.

A la luz de estas consideraciones generales de la Educación Secundaria Básica, tan recientemente definida, quienes en esta institución estamos a cargo de la formación de esta franja de pre-adolescentes estamos convencidos de que formando un sólido equipo de trabajo lucharemos para contribuir, junto a la familia:

• A la “formación integral  y permanente de la persona” cultivando en cada uno de nuestros alumnos  las dimensiones  religiosa, social, cultural, estética y ética  acordes con sus capacidades, guiados por  los valores de libertad, bien, tolerancia, felicidad, igualdad y justicia.

De esta manera, serán capaces de elaborar su propio proyecto de vida.