Esta mañana, de sábado, cuatro chicos de quinto año, llegaron muy temprano para ayudar a preparar los sandwichs que entregamos a los pobres los fines de semana.
Trabajaron rapidísimo, tomamos mate, y por supuesto, probamos los sandwichs! riquísimos!, "más ricos que otras veces" como les dijo la H. María del Carmen.
El sábado 10 de setiembre, nos reunimos catorce hermanas de distintas comunidades, en Santa María del Rosario, para seguir pensado nuestra Pastoral Vocacional. Meditamos las distintas vocaciones en la Biblia, relatamos nuestra propia histora del llamado y avanzamos en la puesta en marcha del Itinerario Vocacional Rosarino.
Un día de encuentro, reflexión compartida, mesa, Palabra y Eucaristía. Pura Fraternidad!
El Departamento de Ciencias Sociales, con la colaboración de la Bibliotecaria de Nivel Secundario, organizó el Acto Conmemoración del Bicentenario de la Independencia Argentina. Dicha celebración se llevó a cabo el día 11 de Julio del corriente año.
Nuestra dulce Silvia Faretta, viajó al cielo, a encontrarse con la Virgen del Rosario, como escribió esta mañana, Víctor, su esposo. Profesora desde muy joven, del Instituto Elisa Harilaos, y después rectora; su presencia siempre fue bondadosa y transparente, de esas que dejan huellas. Sencilla y solidaria pasó haciendo el bien.
Los que tuvimos la dicha de conocerla, damos gracias a Dios por su vida; pedimos la paz de la fe para su familia y tenemos la certeza de que nos seguirá mirando desde el lado de Dios. Pero nos quedamos un poco más solos....
La devoción que doña Teresa Nicoletti, la madre del Padre Orzali, profesaba por la Virgen del Rosario, fue la que lo impulsó a elegirla como Patrona de su nuevo Instituto, al que le dio el nombre de: Hermanas de Nuestra Señora del Rosario de Buenos Aires.
No sólo nos las dio como Protectora, sino que trató de infundirnos una espiritualidad centrada en esa vivencia de los misterios del Rosario, compendio del evangelio para todos, especialmente, los más sencillos.
Muchísimos gestos muestran esa afectuosa veneración que nos inculcó; les contamos algunos:
Celebrar con especial fervor su Fiesta del 7 de octubre y los días previos de la Novena.
El día de la fiesta, el 7 de octubre, todas las Hermanas del Rosario renovamos nuestros votos, en presencia de las comunidades que nos acompañan en nuestra misión.
La víspera, el 6 de octubre, el Padre Orzali, nos encomendó hacer retiro, preparándonos para la fiesta de la Virgen del Rosario. Dejó una carta póstuma, escrita para todas nosotras, con la recomendación de que “todos los años, el 6 de octubre, en la Capilla, y en cada una de nuestras comunidades, debíamos leer esa Carta…como un modo de seguir haciéndonos, (él) una plática por año”
Todas las imágenes de la Virgen del Rosario en nuestras Casas, tienen la inscripción que dice: Reina, Madre y Superiora de esta Casa.
La imagen del Salón Capitular de la Casa Generalicia, lleva la inscripción: Reina, Madre y Superiora General del Instituto.
Según una antigua tradición, cuando se celebran allí las reuniones del Consejo General, no se coloca a sus pies ninguna silla para ser ocupada por una hermana, para que sea Ella, María del Rosario, quien presida…
Nos da gozo ver que todos los laicos que forman la gran familia rosarina, celebran la Novena con enorme fervor, según las características de cada lugar… Lo mismo la Fiesta del 7 de octubre. Pasan los años y todos, chicos y grandes, cantamos con emoción, el Himno a Nuestra Señora del Rosario, compuesto especialmente para las hermanas rosarinas…
“Tu rosario es mi escudo y fortaleza,
la cadena que a Ti nos enlazó,
no hay blasón que supere mi nobleza,
hijo soy del Rosal de Jericó”
Himno a la Virgen del Rosario
Autor: Presbítero Juan B. Lertora
Partituras:
Acordaos
Acuerdate ¡oh Reina del Santísimo Rosario, Madre mía amantísima! Que jamás ha quedado sin consuelo el que ha implorado tu protección y reclamado tu auxilio. Lleno pues de confianza, me arrojo en los brazos de tu misericordia y desde allí clamo: no tengas en cuenta las innumerables faltas con que tantas veces te he ofendido y atiende tan sólo a las fervientes súplicas de hoy, fruto del arrepentimiento y del amor hacia tu maternal corazón.
No deseches mis plegarias, ¡oh Virgen dulcísima del Rosario! Bendícelas para que por medio de ellas alcance el perdón de mis culpas y la perseverancia en el bien. Así sea.